La salud es un viaje personal y complejo, lleno de desafíos y descubrimientos. En mi propia travesía, me he enfrentado a la tiroiditis de Hashimoto, una condición autoinmune que afecta la glándula tiroides y que ha influido profundamente en mi vida. A través de esta experiencia, he aprendido sobre la importancia de prestar atención a las señales de mi cuerpo y de buscar respuestas y soluciones. En este artículo, quiero explorar no solo la tiroiditis de Hashimoto, sino también su relación con otra condición autoinmune: la enfermedad celíaca o celiaquía.
La enfermedad celíaca y la tiroiditis de Hashimoto son dos condiciones autoinmunes que pueden coexistir, creando un conjunto único de desafíos para aquellos que las padecen. Ambas enfermedades implican una respuesta inmune anormal, pero afectan diferentes partes del cuerpo. Mientras que la tiroiditis de Hashimoto ataca la glándula tiroides, llevando a un hipotiroidismo y una variedad de síntomas relacionados, la enfermedad celíaca afecta el sistema digestivo, dañando el intestino delgado y afectando la absorción de nutrientes.
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A través de este artículo, mi objetivo es arrojar luz sobre cómo estas dos condiciones están conectadas, compartir información basada en evidencia y ofrecer consejos prácticos para manejarlas. Mi esperanza es que, al compartir mi experiencia y conocimiento, pueda ayudar a otros a navegar por estas aguas a veces turbulentas, y encontrar su propio camino hacia el bienestar.
¿QUÉ ES LA CELIAQUÍA?
La enfermedad celíaca o celiaquía es una condición autoinmune que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial. Se caracteriza por una reacción inmunológica adversa al gluten, una proteína presente en el trigo, cebada, espelta y centeno. Cuando una persona con enfermedad celíaca consume gluten, su sistema inmunológico reacciona atacando las vellosidades del intestino delgado, lo que resulta en una absorción deficiente de nutrientes.
Los síntomas de la enfermedad celíaca son variados y pueden incluir dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, fatiga y anemia, entre otros. Sin embargo, algunas personas pueden ser asintomáticas o presentar síntomas atípicos, lo que a veces dificulta su diagnóstico. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de sangre para detectar anticuerpos y una biopsia intestinal para observar el daño en las vellosidades.
El único tratamiento actualmente disponible para la enfermedad celíaca es una dieta estricta sin gluten de por vida. Esto implica eliminar todos los alimentos que contienen gluten, lo que lleva a la recuperación del intestino delgado y la mejora de los síntomas. Sin embargo, seguir una dieta sin gluten puede ser desafiante, ya que el gluten se encuentra en muchos alimentos procesados y productos cotidianos.
La importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuados no puede subestimarse, ya que la celiaquía no tratada puede llevar a complicaciones a largo plazo, incluyendo problemas de fertilidad, osteoporosis y, en casos raros, cáncer intestinal.
Si deseas leer más información, te aconsejo que leas el artículo que escribí sobre los últimos avances en la lucha contra la celiaquía. Espero que te sirvan de ayuda tanto como a mí.
¿QUÉ ES LA TIROIDITIS DE HASHIMOTO?
El hipotiroidismo de Hashimoto, también conocido como tiroiditis de Hashimoto, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca la glándula tiroides, llevando a una reducción en la producción de hormonas tiroideas, principalemente la tirosina. Esta condición es la causa más común de hipotiroidismo en países con suficiente yodo, y afecta con mayor frecuencia a mujeres de mediana edad, aunque puede ocurrir en cualquier persona y a cualquier edad.
Los síntomas del hipotiroidismo de Hashimoto pueden ser sutiles al principio y aumentar gradualmente. Incluyen fatiga, aumento de peso, intolerancia al frío, piel seca, estreñimiento, y cambios en la menstruación, entre otros. También puede haber una inflamación visible en la parte frontal del cuello, conocida como bocio. En mi caso, los síntomas más visibles fueron el aumento de peso, la fatiga extrema, la dificultad para hablar ya que mi lengua aumentó de tamaño y la intolerancia al frío. A nivel del perfil lipídico, los niveles de colesterol se dispararon por encima de 500.
El diagnóstico se realiza a través de pruebas de sangre que miden los niveles de hormonas tiroideas y anticuerpos antitiroideos. Una vez diagnosticado, el tratamiento típicamente implica la administración de hormona tiroidea sintética (levotiroxina de sodio) para reemplazar la hormona que la tiroides ya no puede producir. Este tratamiento ayuda a normalizar los niveles de hormona tiroidea y aliviar los síntomas, aunque no del todo.
Aunque el hipotiroidismo de Hashimoto es una condición crónica, con un manejo adecuado y seguimiento regular, la mayoría de las personas pueden llevar una vida normal y saludable. En mi caso, sigo teniendo fatiga, tanto física como mental, a pesar de que los niveles de tirosina están en el rango correcto.
RELACIÓN ENTRE LA CELIAQUÍA Y EL HIPOTIROIDISMO DE HASHIMOTO
La enfermedad celíaca y el hipotiroidismo de Hashimoto son dos trastornos autoinmunes estrechamente vinculados, a pesar de que afectan diferentes partes del cuerpo. La enfermedad celíaca deteriora el intestino delgado e interfiere en la absorción de nutrientes, mientras que el hipotiroidismo de Hashimoto ataca la glándula tiroides, perturbando la producción de hormonas cruciales para el metabolismo.
En España, la prevalencia del hipotiroidismo varía entre el 1% y el 4% de la población, siendo más frecuente en mujeres. Dado que el hipotiroidismo de Hashimoto es la forma más usual de tiroiditis autoinmune y guarda una relación estrecha con la enfermedad celiaca, se aconseja realizar pruebas de detección de celiaquía en pacientes con Hashimoto, especialmente si tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Esta conexión se debe a la similitud estructural entre la gliadina, una proteína del gluten, y una parte de la proteína tiroidea, lo que puede llevar al sistema inmunológico a atacar la glándula tiroides al consumir gluten. En algunos casos, adoptar una dieta sin gluten puede aliviar los síntomas del hipotiroidismo y reducir la necesidad de medicación, aunque esto no se aplica a todos los pacientes.
Es vital detectar y gestionar ambas condiciones de manera temprana para prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida de los afectados. Entender la relación entre la enfermedad celíaca y el hipotiroidismo de Hashimoto es crucial para un manejo integral de la salud.
PREDISPOSICIÓN GENÉTICA
La enfermedad tiroidea autoinmune, o enfermedad de Hashimoto, muestra una conexión significativa con la celiaquía, compartiendo factores genéticos, síntomas y un riesgo elevado de otras enfermedades autoinmunes. Las personas con Hashimoto o celiaquía tienen un riesgo mayor de desarrollar la otra condición, lo que ha llevado a algunos expertos a sugerir evaluaciones rutinarias para ambas enfermedades en pacientes ya diagnosticados.
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Estas condiciones comparten variantes genéticas específicas, como DR3–DQ2 y/o DR4–DQ8, y otros genes como CTLA-4, los genes HLA y PTPN22, lo que sugiere una predisposición genética. Sin embargo, no todos los individuos con estas variantes desarrollan celiaquía o hipotiroidismo autoinmune, lo que indica que otros factores también son importantes. Como ya dije anteriormente, además de compartir síntomas, existe una interacción entre la tiroides y el gluten, pudiendo los anticuerpos tTG de la celiaquía contribuir a la disfunción tiroidea. En algunos pacientes, como es el mío, una dieta libre de gluten puede beneficiar en la clínica, no sólo de la enfermedad celíaca, sino de Hashimoto.
GESTIÓN INTEGRAL DE AMBAS ENFERMEDADES
Consejos para vivir con ambas condiciones:
Vivir con enfermedad celíaca y hipotiroidismo de Hashimoto requiere un enfoque proactivo y consciente. Es esencial seguir una dieta estricta sin gluten para manejar la enfermedad celíaca y tomar la medicación tiroidea según lo prescrito para el hipotiroidismo de Hashimoto. Además, es crucial estar atento a los síntomas y realizar chequeos regulares para monitorear ambas condiciones.
Estrategias de gestión y cambios en el estilo de vida:
Desde mi perspectiva, este aspecto es crucial para manejar adecuadamente ambas enfermedades. Me diagnosticaron tiroiditis de Hashimoto en 2019, y desde entonces, tanto mi esposa, que padece de sensibilidad al gluten no celíaca, como mi hija Manuela, que es celíaca, y yo, hemos emprendido un viaje hacia un estilo de vida más saludable. Hemos excluido de nuestra dieta no solo el gluten, sino también el azúcar (os recomiendo que veáis este video de Isabel Belaustegui). Permitimos que Manuela consuma algo de azúcar, ya que no queremos que, siendo tan pequeña, nos guarde rencor, y también para que no se sienta tan diferente a sus compañeros de clase. Ella tiene bien interiorizado que es celíaca, pero, como cualquier niña, de vez en cuando nos pide algún dulce (sin gluten).
En el caso de Rita y yo, hemos eliminado tanto el gluten como el azúcar de nuestra alimentación. Esta ha sido una decisión tomada de mutuo acuerdo y, afortunadamente, ambos nos hemos apoyado mutuamente para perseverar en este camino. Esta elección ha permitido que nuestra salud mejore significativamente. Hemos logrado mantener todos nuestros análisis clínicos dentro de los rangos saludables y nuestra inflamación ha disminuido considerablemente.
Insto a todos mis lectores, ya sean celíacos o padezcan tiroiditis de Hashimoto, a que, además de eliminar el gluten, excluyan el azúcar de su dieta. Basen su alimentación en verduras, frutas de temporada, frutos secos y proteínas de alta calidad, como pescado y carne selecta. Esto no significa que no puedan darse un gusto ocasionalmente, pero recuerden siempre retomar su camino hacia un estilo de vida saludable.
En futuras publicaciones, exploraré más temas vinculados a un estilo de vida saludable. Todas las recetas que, espero, pronto estén disponibles en Glutendtrotters, estarán libres de gluten y azúcar, buscando ser lo más saludables posible.
CONCLUSIÓN
A lo largo de este artículo, hemos explorado las complejidades y las conexiones entre dos condiciones autoinmunes significativas: la celiaquía y el hipotiroidismo de Hashimoto. Ambas enfermedades requieren una comprensión profunda y un enfoque proactivo para su manejo, destacando la importancia de la detección temprana y el seguimiento adecuado.
La enfermedad celíaca, con su amplia gama de síntomas y su impacto en la absorción de nutrientes, y el hipotiroidismo de Hashimoto, afectando la producción de hormonas tiroideas y el metabolismo general del cuerpo, son condiciones que pueden coexistir, creando desafíos adicionales para aquellos que las padecen. Sin embargo, con el conocimiento adecuado y el apoyo necesario, es posible llevar una vida plena y saludable.
Como alguien que ha vivido con tiroiditis de Hashimoto, entiendo los desafíos y la importancia de ser un defensor proactivo de su propia salud. La clave está en la educación, el apoyo y la determinación para buscar respuestas y soluciones. Es vital trabajar estrechamente con profesionales de la salud, estar informado y ser parte activa en el proceso de manejo de la enfermedad.
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