¡Qué ver en Bilbao y alrededores es una pregunta que nos hemos hecho en casa cada vez que planeamos una escapada por el norte. Bilbao es de esos destinos que sorprenden, y mucho, especialmente si lo visitamos en familia, como solemos hacer nosotros. Recordamos la primera vez que paseamos juntos junto a la ría: el reflejo del Guggenheim, el bullicio del Casco Viejo, y ese ambiente único que te hace sentir como en casa desde el primer momento.
En esta guía queremos compartirte nuestros rincones favoritos, aquellos lugares imprescindibles que hemos descubierto en cada visita y alguna que otra anécdota personal. Bilbao no solo es arte y gastronomía: es hospitalidad, vida callejera e historia.
Aquí tienes nuestra selección personal de qué ver en Bilbao y alrededores, con sugerencias para disfrutar tanto si viajas solo, en pareja, en familia o con amigos… ¡y con nuestros consejos para celíacos, como siempre!
Además, si te apetece descubrir la ciudad de una forma diferente, puedes unirte a este free tour por Bilbao, una opción genial para conocer historias, curiosidades y rincones que a veces pasan desapercibidos.
Bilbao imprescindible: 18 lugares que no puedes perderte
1. Museo Guggenheim
El Museo Guggenheim Bilbao es, sin duda, el icono que transformó la ciudad y la colocó en el mapa mundial del arte y la arquitectura. Cada vez que llegamos a Bilbao, su silueta futurista nos da la bienvenida junto a la ría.
Diseñado por Frank Gehry e inaugurado en 1997, sus formas onduladas recubiertas de titanio nos recuerdan a un barco que navega entre pasado y futuro, un reflejo perfecto de la nueva Bilbao.
Nada más llegar, siempre hacemos una parada en el exterior: Puppy, el simpático perro gigante cubierto de flores, se ha convertido en nuestro ritual de foto familiar. Si viajáis con niños, es imposible que no quieran posar delante suyo. Muy cerca, la imponente Araña Mamá nos sigue impresionando, aunque confieso que Manuela todavía le tiene un poco de respeto.
Por dentro, el Guggenheim es una experiencia en sí mismo, incluso para quienes no somos grandes entendidos en arte moderno. Hay exposiciones temporales y permanentes de artistas internacionales que consiguen sorprendernos en cada visita.
El propio edificio es ya una obra de arte y, si os animáis, podéis participar en visitas guiadas o talleres familiares que ayudan a disfrutar aún más la experiencia.
Consejo Glutendtrotter
Si queréis evitar colas y aseguraros la entrada en el día y la hora que más os convenga, os recomendamos reservar una visita guiada.
Y si después de la visita te apetece comer bien y con total tranquilidad, muy cerca del museo se encuentra el restaurante Larruz, perfecto para disfrutar de su carta o de sus diferentes menús, ya que está certificado para celíacos. Una opción segura y deliciosa para reponer fuerzas en pleno centro de Bilbao.
2. Puente Zubizuri
El Puente Zubizuri, o «puente blanco», es una de esas paradas que nunca falta en nuestras visitas a Bilbao. Diseñado por Santiago Calatrava, se ha convertido en uno de los símbolos arquitectónicos más modernos y reconocibles de la ciudad. Su estructura curva, su suelo de vidrio y su forma estilizada nos recuerdan la imagen de un barco, todo un guiño a la tradición marinera de Bilbao.
El puente conecta el Campo Volantín con el paseo de Uribitarte, a un paso del Guggenheim, por lo que suele ser nuestro camino habitual cuando paseamos por la zona. Cruzarlo siempre nos regala unas vistas espectaculares sobre la ría y el skyline más contemporáneo de Bilbao. Si sois de los que disfrutáis haciendo fotos, aquí encontraréis un ángulo precioso tanto al amanecer como al atardecer.
Consejo Glutendtrotters
Si tenéis pensado recorrer Bilbao a pie, os recomendamos empezar el día en el Guggenheim y continuar hasta el Zubizuri. Es un trayecto corto y muy agradable que os permitirá disfrutar de dos de los grandes iconos de la ciudad casi sin daros cuenta.
3. Paseo por la ría
El paseo por la ría del Nervión es una de esas experiencias que repetimos siempre que estamos en Bilbao. Nos parece imprescindible para entender la transformación de la ciudad, porque aquí el pasado industrial y el presente innovador se dan la mano a cada paso. Desde el Ayuntamiento hasta el Museo Guggenheim, la ría se convierte en el gran eje vertebrador de Bilbao y su mejor escaparate.
A lo largo de este recorrido, vamos descubriendo esculturas contemporáneas, zonas ajardinadas, terrazas para tomar algo y miradores perfectos para hacer una pausa y disfrutar de las vistas. Siempre nos detenemos en alguno de los muchos puentes, que ofrecen perspectivas únicas y forman parte esencial del paisaje urbano bilbaíno.
Uno de los grandes atractivos para nosotros, sobre todo cuando viajamos en familia, es que a lo largo de la ría hay varias zonas habilitadas con juegos infantiles. Así, los más pequeños pueden disfrutar y desahogarse mientras los mayores paseamos tranquilamente o nos sentamos a descansar en un banco al sol.
Consejo Glutendtrotter
Si buscas un restaurante diferente, en pleno paseo junto a la ría se encuentra Naked & Sated, todo un imprescindible para nosotros. Aquí puedes disfrutar de platos sin harinas, sin azúcar y, lo mejor de todo, ¡sin remordimientos! Es una opción perfecta para comer sano y rico mientras sigues explorando Bilbao.
Y si quieres ver la ciudad desde otra perspectiva, te recomendamos animarte a un paseo en barco por la ría. Es una forma relajada y diferente de descubrir el Bilbao más moderno y sus rincones desde el agua.
Ya sea de día, con el bullicio de la ciudad, o iluminado por la noche, caminar por la ría nos permite disfrutar de Bilbao a otro ritmo, relajado y contemplativo. Siempre volvemos a casa con nuevas fotos y, sobre todo, con la sensación de haber redescubierto la ciudad desde otro punto de vista.
4. La Alhóndiga (Azkuna Zentroa)
La antigua Alhóndiga, hoy conocida como Azkuna Zentroa, es uno de esos lugares que siempre recomendamos cuando alguien nos pregunta qué hacer en Bilbao más allá de lo típico. Nos encanta porque es el mejor ejemplo de cómo la ciudad ha sabido reinventarse, convirtiendo un antiguo almacén de vinos en un impresionante centro cultural y de ocio de lo más innovador.
El edificio, remodelado por el arquitecto Philippe Starck, sorprende nada más entrar: sus 43 columnas, cada una con un diseño único, son ya una visita en sí mismas. Nos gusta mucho pasear por allí con calma y descubrir todos los detalles, porque cada columna cuenta una historia diferente.
En el interior de Azkuna Zentroa siempre hay algo interesante por hacer: cine, exposiciones, galerías de arte, biblioteca, gimnasio, cafeterías y hasta una piscina con suelo transparente desde la que se puede ver la planta inferior (un clásico para los más curiosos de la familia). Si viajáis con niños, hay espacios pensados para ellos y actividades familiares en la programación.
Para nosotros, es el lugar perfecto para empaparse del espíritu creativo y moderno de Bilbao, hacer una pausa entre visitas y dejarse llevar por la vida cultural de la ciudad. Si te apetece desconectar un rato, este es tu sitio.
5. Gran Vía de Bilbao
La Gran Vía Don Diego López de Haro es, para nosotros, el corazón comercial de Bilbao y la gran arteria que cruza el Ensanche. Cada vez que paseamos por aquí, nos cuesta no sucumbir a la tentación de las cientos de tiendas que nos miran desde sus escaparates: moda, librerías, joyerías, grandes almacenes… ¡Hay opciones para todos los gustos y bolsillos!
Además de compras, la Gran Vía nos regala un paseo entre arquitectura señorial de principios del siglo XX, con fachadas monumentales que siempre nos hacen detenernos a mirar hacia arriba y plazas tan emblemáticas como Moyúa, perfectas para hacer una pausa y ver pasar la vida bilbaína.
Y si os entra el antojo de algo dulce, os recomendamos pasar por Kuki Cookie Bakery, una parada obligada para los más golosos. Hemos probado varias, pero nuestra favorita sin duda es la de canela: jugosa, aromática y perfecta para recargar pilas antes de seguir descubriendo Bilbao.
Ya sea para ir de tiendas, descubrir alguna novedad o simplemente disfrutar del ambiente urbano y elegante, este tramo de Bilbao siempre nos deja con ganas de volver… y alguna bolsa más de la prevista.
6. Plaza Moyúa
La Plaza Moyúa, en pleno centro de la Gran Vía, es uno de esos lugares donde siempre hacemos una parada, ya sea para descansar un rato o simplemente para observar el ir y venir de la ciudad. Su forma circular y sus cuidados jardines ornamentales la convierten en un rincón elegante y muy fotogénico, perfecto para sacar algunas fotos y disfrutar del ambiente bilbaíno.
Nos encanta la mezcla de historia y modernidad que la rodea: aquí se levantan algunos de los edificios más emblemáticos de Bilbao y hoteles tan míticos como el Hotel Carlton, que siempre nos llama la atención por su fachada señorial. Además, la plaza conecta varias de las principales arterias de la ciudad, así que es difícil no pasar por aquí en algún momento de la visita.
Si tienes tiempo, siéntate en uno de sus bancos y simplemente déjate llevar por el ritmo de Bilbao. Es de esos rincones en los que la vida cotidiana y el espíritu elegante de la ciudad se dan la mano.
7. Parque de Doña Casilda
El Parque de Doña Casilda Iturrizar, al que todos llaman cariñosamente «el parque de los patos», es nuestro oasis particular en Bilbao. Es el espacio verde más querido de la ciudad y un sitio al que siempre intentamos escaparnos en cada visita, sobre todo si el día acompaña.
Creado a principios del siglo XX, el parque nos regala frondosos senderos para pasear, fuentes ornamentales, esculturas curiosas y un gran estanque donde siempre encontramos patos y cisnes nadando tranquilamente. Es un clásico entre las familias bilbaínas y también para quienes, como nosotros, buscan un respiro en medio del bullicio urbano.
Muy cerca se encuentra el Museo de Bellas Artes, una de nuestras visitas culturales favoritas en Bilbao. Si te apetece descubrir una colección realmente interesante y disfrutar del arte en un entorno privilegiado, te recomendamos reservar tus entradas. Así puedes organizar la jornada con tranquilidad y evitar esperas innecesarias.
Nos gusta ver a los niños correteando por los caminos, a las familias haciendo picnic y a los locales tomando el sol en el césped o leyendo un libro bajo la sombra de los árboles. Siempre recomendamos dedicar un rato a este parque: es el lugar perfecto para descansar, desconectar o, simplemente, disfrutar del ritmo más relajado que también tiene Bilbao.
8. Estadio San Mamés
El Estadio San Mamés, conocido como «La Catedral», es una visita imprescindible tanto si eres amante del fútbol como si solo quieres empaparte de la pasión bilbaína. Aunque no somos especialmente futboleros, cada vez que pasamos por aquí nos impresiona su presencia y la energía que se respira en los alrededores, sobre todo en días de partido.
El estadio actual, inaugurado en 2013, combina perfectamente modernidad y tradición. Su fachada luminosa, que cambia de color durante la noche, nos parece todo un espectáculo, sobre todo cuando cae el sol y Bilbao se ilumina poco a poco.
Si buscas una experiencia diferente, te recomendamos hacer la visita guiada por el estadio. Recorrer los vestuarios, la sala de prensa, pisar el césped y descubrir el museo es una manera divertida y original de conocer la historia del Athletic Club y entender por qué San Mamés es mucho más que un campo de fútbol: aquí se vive una auténtica pasión que une a toda la ciudad.
Consejo Glutendtrotter
Se comenta que hay una zona de aparcamiento gratuito cerca del estadio, pero nosotros no fuimos capaces de encontrarla. Nuestra recomendación: si vais en coche, conviene prever opciones alternativas (parking de pago o transporte público) para evitar contratiempos.
9. Plaza Nueva
La Plaza Nueva es uno de esos rincones del Casco Viejo al que siempre volvemos, sobre todo si queremos sentir el auténtico ambiente bilbaíno. Construida en el siglo XIX con un elegante estilo neoclásico, nos encanta pasear bajo sus soportales y dejarnos tentar por los aromas de los bares y restaurantes que la rodean. Aquí se sirven, sin duda, algunos de los mejores pintxos de Bilbao.
Si tienes la suerte de visitarla en domingo, la plaza se transforma con un animado mercado de coleccionismo, donde puedes encontrar desde libros antiguos hasta sellos, monedas y todo tipo de curiosidades vintage. Para los que viajamos en familia, es un plan perfecto para curiosear y dejarse sorprender.
Por la tarde, la Plaza Nueva se llena de vida con familias, grupos de amigos, músicos improvisados y niños jugando entre los soportales. Es el lugar ideal para saborear el ambiente local: nosotros no perdonamos la costumbre de tomar un txakoli en la mano y un pintxo en la otra, mientras observamos el ir y venir de la gente. Aquí, el tiempo parece detenerse y Bilbao muestra su faceta más acogedora.
10. Casco Viejo
El Casco Viejo —o las míticas Siete Calles— es, para nosotros, el verdadero corazón de Bilbao. Siempre que volvemos a la ciudad, es nuestro primer paseo obligado. Aquí la ciudad vibra con una energía especial: música callejera, el bullicio de los bares de pintxos, tiendas centenarias y fachadas llenas de historia que nos hacen sentir parte del lugar desde el primer minuto.
Recorrer sus callejuelas empedradas es como viajar en el tiempo. Nos encanta descubrir murales escondidos, balcones llenos de flores y ese ambiente acogedor que solo se respira aquí. Cada esquina invita a detenerse: a veces para probar un pintxo —y sí, también los hay sin gluten si preguntáis en los bares— o para admirar alguna tienda de productos locales que te hace volver a casa con la maleta un poco más llena.
En este barrio es donde mejor se percibe el carácter cercano y orgulloso de los bilbaínos. No es raro que acabemos charlando con algún local dispuesto a compartir una anécdota, recomendarte su bar favorito o incluso contarte la historia de la plaza en la que te encuentras.
Consejo Glutendtrotters
Si buscas un sitio especial para comer sin gluten en el Casco Viejo, Molica es un local relativamente nuevo que ofrece focaccia sin gluten. No hemos podido probarla todavía, pero pertenece a los dueños de Casa Leotta, que sí conocemos de primera mano y, de momento, es el mejor italiano sin gluten que hemos probado. Así que lo recomendamos sin remordimiento y con muchas ganas de volver a comprobarlo en nuestra próxima visita.
11. Plaza Unamuno
La Plaza Miguel de Unamuno, en pleno Casco Viejo, es uno de esos lugares donde siempre nos detenemos para empaparnos del auténtico pulso de Bilbao. Nos gusta el ambiente que se respira aquí: niños jugando, músicos callejeros animando la plaza y el ir y venir constante de locales y turistas, todos mezclados en un rincón que nunca pierde su esencia.
Desde esta plaza parten las famosas Calzadas de Mallona, una larga escalinata que conecta el Casco Viejo con la Basílica de Begoña. Es todo un clásico subirlas para llegar hasta lo alto de la ciudad, aunque te avisamos: hay que tomárselo con calma, ¡sobre todo si vas con niños o en verano!
Además, la Plaza Unamuno es un excelente punto de partida para empezar a explorar las Siete Calles y sumergirte en el ambiente más auténtico de Bilbao. Siempre recomendamos dejarse llevar, recorrer los alrededores sin prisa y disfrutar de la vida que late en cada rincón de esta zona. Y si quieres conocer las historias ocultas del Casco Viejo y sus anécdotas más curiosas, te sugerimos unirte a este tour guiado, que pasa por aquí y es una forma estupenda de profundizar en la esencia de Bilbao.
12. Catedral de Santiago
La Catedral de Santiago es, sin duda, una de nuestras paradas favoritas en el Casco Viejo y uno de los grandes tesoros góticos de Bilbao. Nos fascina su historia y siempre que la visitamos nos sigue sorprendiendo, tanto por fuera como por dentro. Construida entre los siglos XIV y XV, su elegante portada neogótica, el impresionante rosetón y el majestuoso campanario captan todas las miradas al acercarse.
En el interior, el ambiente tranquilo y recogido invita a detenerse y reflexionar. El claustro es uno de los rincones más bonitos que conocemos en el centro de la ciudad: un pequeño oasis silencioso y fresco, perfecto para descansar un momento del bullicio de las calles cercanas.
Para los amantes de la historia y la arquitectura, esta catedral es una parada obligatoria en cualquier ruta de qué ver en Bilbao y alrededores. Y si tienes curiosidad por conocer todos los detalles y secretos del templo, puedes reservar una visita guiada que hará que la experiencia sea aún más especial y completa.
13. Mercado de la Ribera
El Mercado de la Ribera es, para nosotros, mucho más que un mercado: es todo un símbolo de la vida cotidiana bilbaína y un lugar al que siempre volvemos con ganas. Nos impresiona su espectacular estructura de estilo art decó y las vidrieras de colores que inundan el espacio de luz, convirtiéndolo en una auténtica joya arquitectónica.
Aquí encontramos productos frescos de primerísima calidad: pescados, mariscos, verduras, carnes y todo tipo de productos gourmet. Es un paraíso para quienes disfrutan de la gastronomía, pero también para quienes simplemente quieren pasear y dejarse llevar por los aromas y el ambiente tan especial que se respira en cada rincón.
Uno de nuestros planes favoritos es acercarnos a la zona de bares y puestos donde se pueden degustar pintxos y platos típicos con unas vistas estupendas a la ría. Y, si eres celíaco, no dudes en preguntar, ya que cada vez hay más opciones aptas y los comerciantes suelen estar bien informados sobre los alérgenos.
Visitar el Mercado de la Ribera es sumergirse de lleno en la esencia gastronómica de Bilbao, donde la tradición y la innovación culinaria van siempre de la mano. Nosotros nunca salimos de aquí con las manos vacías… ¡y siempre acabamos picando algo!
Consejo Glutendtrotter
Si os apetece conocer las historias y anécdotas que rodean este emblemático mercado, os recomendamos hacer free tour de las leyendas de Bilbao, que pasa por aquí y aporta una visión distinta y entretenida del lugar.
14. Iglesia de San Antón
La Iglesia de San Antón es uno de esos lugares que siempre incluimos en nuestro recorrido por Bilbao. Nos llama la atención cada vez que la vemos porque no solo es uno de los templos más emblemáticos de la ciudad, sino que aparece representada en el escudo oficial de Bilbao, lo que la convierte en todo un símbolo local.
Situada junto al puente homónimo y muy cerca del Mercado de la Ribera, la iglesia data del siglo XV y fue construida sobre los restos de un antiguo almacén y una muralla medieval. Su arquitectura gótica tardía destaca por la sobriedad y elegancia de las líneas, y en el interior conserva retablos y obras artísticas de gran valor que siempre nos gusta observar con calma.
Por su ubicación, nos resulta muy fácil integrarla en cualquier paseo por el Casco Viejo o tras la visita al mercado. Es una parada perfecta para conocer la historia más antigua de la ciudad y entender cómo ha evolucionado Bilbao a lo largo de los siglos.
15. Teatro Arriaga
El Teatro Arriaga es, para nosotros, uno de los edificios más bonitos y elegantes de Bilbao. Inspirado en la Ópera de París y construido a finales del siglo XIX, su fachada neobarroca nos deja siempre impresionados, tanto de día como de noche, especialmente cuando la iluminación se refleja sobre la ría y el teatro parece aún más majestuoso.
Aunque no siempre conseguimos cuadrar agenda para ver un espectáculo aquí, cada vez que hemos tenido la oportunidad ha sido una experiencia inolvidable. El interior es una auténtica joya, con una decoración exquisita y una atmósfera que te transporta a otra época. Óperas, conciertos, ballets, teatro… La programación es muy variada y siempre merece la pena consultarla antes del viaje.
Eso sí, aunque solo puedas admirar el edificio por fuera, el paseo por los alrededores y el ambiente de esta zona del Casco Viejo hacen que la parada sea igualmente especial. Para nosotros, el Teatro Arriaga es ese rincón de Bilbao que nunca falta en nuestras fotos.
16. Mirador de Artxanda
El Mirador de Artxanda es, para nosotros, la mejor postal panorámica de Bilbao y una excursión que siempre recomendamos, sobre todo si es vuestra primera vez en la ciudad. Nos encanta subir en el pintoresco funicular, que parte cerca del Puente Zubizuri, y ver cómo, en apenas unos minutos, Bilbao queda a nuestros pies.
Una vez arriba, la vista es espectacular: la ría serpenteando entre los edificios, el Guggenheim brillando al sol, los puentes y, al fondo, las colinas verdes que rodean la ciudad. Es un lugar perfecto para hacer fotos en familia, relajarse en los bancos del paseo peatonal y descubrir las esculturas y zonas ajardinadas que hay por todo el mirador.
Si podéis, os recomendamos subir al atardecer, cuando la luz baña la ciudad de tonos cálidos y todo se vuelve aún más mágico. Es uno de esos momentos que siempre recordamos al volver a casa y que, sin duda, merece la pena vivir en cada visita a Bilbao.
17. Basílica de Begoña
La Basílica de Nuestra Señora de Begoña, conocida cariñosamente como «Amatxu», es uno de los templos más queridos y emblemáticos para los bilbaínos. Nos gusta mucho visitarla porque, además de su belleza y valor histórico, desde su explanada se obtienen unas vistas preciosas de toda la ciudad.
La basílica se alza en lo alto de Bilbao, así que llegar hasta aquí ya es parte de la experiencia. Normalmente subimos las famosas Calzadas de Mallona desde la Plaza Unamuno: es una buena caminata, pero merece la pena, sobre todo si vas sin prisa y te paras de vez en cuando a disfrutar del ambiente y las vistas que se abren a cada tramo. Si preferís una opción más cómoda, también se puede acceder en ascensor desde el barrio de Begoña.
Construida entre los siglos XVI y XVII, la basílica combina elementos góticos y renacentistas. El interior transmite una calma y espiritualidad especial, y siempre nos parece un buen sitio para hacer una pausa y desconectar un rato del bullicio urbano. Además, cada 15 de agosto y 11 de octubre miles de fieles acuden a celebrar a la patrona de la ciudad, así que si tu visita coincide con esas fechas, el ambiente es realmente único.
18. Puente de Bizkaia
El Puente de Bizkaia, más conocido como Puente Colgante, es una de esas obras de ingeniería que nunca dejan de sorprendernos, aunque ya lo hayamos visitado varias veces. Inaugurado en 1893 y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este puente transbordador es el más antiguo del mundo en funcionamiento y todo un símbolo de la historia industrial vasca.
Nos encanta acercarnos hasta aquí, ya sea desde Getxo o desde Portugalete, para admirar la estructura y el ambiente que lo rodea. Una de las experiencias más curiosas —y cómodas— es cruzar la ría en la barquilla inferior, viendo cómo los coches y peatones se deslizan sobre el agua como si nada. Si os animáis, recomendamos subir a la pasarela superior: caminar a 50 metros de altura sobre la ría impresiona, pero las vistas de la desembocadura y de la costa vizcaína son realmente espectaculares y merecen la pena.
El Puente de Bizkaia es una auténtica joya de la ingeniería y una parada imprescindible para entender el pasado industrial y la evolución de toda la región. Además, si os interesa el urbanismo y la arquitectura del Bilbao más contemporáneo, os sugerimos apuntaros a este free tour del Bilbao Moderno, que incluye una parada aquí y profundiza en los referentes más emblemáticos de la ciudad nueva.
Y ahora que ya conoces todos los imprescindibles de Bilbao, ¿por qué no alargar la escapada y descubrir los tesoros que te esperan en los alrededores? Pueblos marineros, paisajes de película y rutas llenas de historia te esperan a menos de una hora de la ciudad. ¡Sigue leyendo y prepárate para enamorarte del Bilbao más auténtico… dentro y fuera de sus fronteras urbanas!
Qué ver en los alrededores de Bilbao
Salir de la ciudad es descubrir un mundo de paisajes, pueblos marineros y naturaleza salvaje. Aquí tienes algunas excursiones y destinos cercanos que merecen una escapada desde Bilbao:
Castro Urdiales
Uno de los pueblos marineros más bonitos de la costa cántabra y perfecto para una excursión desde Bilbao. El casco antiguo, el puerto con sus coloridas casas y la imponente Iglesia de Santa María de la Asunción crean un conjunto único junto al mar. Y, por supuesto, ¡no te pierdas sus rutas de senderismo y su animado ambiente pesquero!
Descubre todos los detalles en nuestro post: Qué ver en Castro Urdiales en un día.
Santander
A apenas una hora en coche, Santander es una de las ciudades costeras más bonitas del norte de España. Su gran icono es la Playa del Sardinero, perfecta para pasear o disfrutar del mar. El elegante Palacio de la Magdalena y el moderno Centro Botín son dos visitas imprescindibles.
Descubre los mejores planes Glutendtrotters en nuestro post de Santander.
San Sebastián (Donostia)
A solo una hora en coche desde Bilbao, San Sebastián es ideal para una escapada de un día. Famosa por su preciosa Playa de La Concha, su elegante paseo marítimo y su vibrante Casco Viejo, donde el tapeo de pintxos es casi una religión.
No te pierdas el Peine del Viento, la escultura de Chillida frente al mar, ni las vistas desde el Monte Urgull. Una ciudad que combina mar, cultura y una de las mejores gastronomías del mundo.
Biarritz
A poco más de 1 hora y media de Bilbao, Biarritz es uno de los destinos más elegantes de la costa vasco-francesa. Esta antigua villa ballenera se convirtió en lugar de veraneo de la aristocracia europea y hoy mezcla surf, boutiques chic y un ambiente relajado.
Su gran playa, el Rocher de la Vierge (Roca de la Virgen) y el mercado Les Halles son paradas imprescindibles.
Descubre cómo exprimir tu visita en nuestro post: Qué ver en Biarritz en 1 día
San Juan de Luz (Saint-Jean-de-Luz)
Muy cerca de Biarritz, San Juan de Luz es un pintoresco pueblo marinero con mucho encanto. Su bahía tranquila, protegida por diques, la convierte en un lugar perfecto para disfrutar del mar sin oleaje fuerte. Pasear por sus coloridas calles, descubrir su pequeño puerto y probar un pastel vasco en alguna de sus pastelerías son planes obligatorios.
Te contamos cómo aprovechar tu día: Vive la magia de San Juan de Luz
San Juan de Gaztelugatxe
La joya costera más famosa. Esta ermita sobre un islote rocoso, unida por un puente y una escalinata de 241 peldaños, se ha hecho mundialmente conocida gracias a «Juego de Tronos». Las vistas desde arriba son inolvidables y la experiencia de subir hasta la ermita merece totalmente la pena.
Si te apetece vivir una jornada completa de historia, mar y paisajes de película, puedes apuntarte a esta excursión organizada a San Juan de Gaztelugatxe, Guernica y Mundaka, que facilita el transporte y te permite descubrir lo mejor de la costa vasca sin preocuparte de nada. Ideal para quienes buscan aprovechar al máximo la escapada desde Bilbao.
Gernika
Símbolo de la historia vasca y mundial, Gernika fue bombardeada en 1937, inspirando el famoso cuadro de Picasso. Visita la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika para entender el significado de la libertad en Euskadi.
Laguardia
Si eres amante del vino y la gastronomía, la Rioja Alavesa es una escapada imprescindible. Bodegas vanguardistas, pueblos medievales como Laguardia y paisajes de viñedos que se pierden en el horizonte.
Descubre nuestras recomendaciones en Qué ver en Laguardia. Te recomendamos esta excursión desde Bilbao a Laguardia y Haro.
Ahora que ya sabes qué ver en Bilbao y alrededores, solo queda preparar la maleta y lanzarte a explorar una de las ciudades más fascinantes de España.
Consejos prácticos para tu visita a Bilbao
Transporte: Bilbao cuenta con un excelente sistema de metro, tranvía y autobuses, pero lo mejor de todo es que gran parte de los lugares imprescindibles se pueden recorrer cómodamente a pie. ¡Ideal para no perderse detalle de cada rincón! Te recomendamos reservar este traslado desde el aeropuerto.
Cuándo ir: Las mejores épocas para visitar Bilbao son la primavera y el otoño, cuando la ciudad luce más verde y el clima es muy agradable. En verano, no te pierdas la Aste Nagusia, la gran fiesta bilbaína llena de actividades, conciertos y buen ambiente en cada rincón.
Alojamiento: La oferta es variada, desde hoteles boutique con encanto hasta hostales económicos para presupuestos más ajustados. Si planeas tu viaje en temporada alta, te recomendamos reservar alojamiento con antelación para asegurarte las mejores opciones. Uno de nuestros favoritos por su situación y su relación calidad-precio es el Hotel Silken Indautxu.
Clima: El clima del norte es variable, así que no olvides llevar siempre algo de abrigo y un chubasquero. Así podrás disfrutar de Bilbao con total comodidad, haga el tiempo que haga.
Bilbao, un viaje que deja huella
Bilbao es una ciudad en constante evolución, donde tradición y vanguardia se dan la mano a cada paso. Desde el icónico Guggenheim hasta los bares con más solera del Casco Viejo, cada visita nos regala nuevas experiencias, rincones por descubrir y recuerdos imborrables. Y si a eso le sumas la cercanía de sus gentes y la deliciosa gastronomía (¡con opciones sin gluten incluidas!), entenderás por qué siempre queremos volver.
Ahora que ya conoces los imprescindibles de Bilbao y sus alrededores, nos encantaría saber de ti:
¿Qué rincón te ha sorprendido más? ¿Tienes alguna experiencia o consejo que añadir? Déjanos un comentario, comparte tu propia ruta o cuéntanos qué es lo que más te enamora del norte.
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Preguntas Frecuentes (FAQ)
Los pueblos que puedes visitar cerca de Bilbao son Bermeo, San Juan de Gaztelugatxe, Mundaka, Elantxobe, Lekeitio, entre otros. Dada la cercanía de Cantabria, te recomendamos visitar Castro Urdiales, Laredo, y si no te importa conducir un poco más, Ramales de la Victoria. A una hora de Bilbao, también está Santander.
Para nosotros no puedes dejar de ver el Museo Guggenheim, las Siete Calles, el paseo por la ría, la Plaza Miguel de Unamuno donde puedes subir las escaleras a ver la Basílica de Begoña o si no quieres darte la paliza subiendo escaleras, coger el ascensor. También creemos que merece la pena ver el Teatro Arriaga y la popular Gran Vía Don Diego López de Haro. No dejes de ir a la Plaza Nueva a tomar algo, y si como nosotros, tienes restricciones alimentarias como el gluten, puedes ir a Ahoan.
Lo esencial de Bilbao se puede ver en un día completo. Si tienes dos días, ya puedes visitar alguna cosa que te hayas dejado e incluso hacer una escapada a un pueblo cercano.
En Bilbao puedes ver y hacer un montón de cosas gratis: pasear por la ría, ver la Plaza Moyúa, visitar el puente Zubizuri, conocer la Plaza Nueva, pasear por el casco viejo (Siete Calles), y un largo etcétera. La gran mayoría de puntos imprescindibles de este post son gratuitos.
Desde nuestro punto de vista, la mejor época para ir a Bilbao es en primavera y otoño. En esta época las temperaturas son más agradables y la afluencia de turistas es menor. En verano se pueden alcanzar fácilmente los 35 ºC y las calles están llenas de tiendas, además de que los precios de los alojamientos son más caros.