Nombrada actualmente por poseer el Mejor Monumento del Mundo y comparada por algunos con la Nantuteckt estadounidense, Comillas no deja indiferente a nadie. No sólo es un catálogo viviente de maravillas arquitectónicas, sino también un reflejo de la evolución social y cultural de la época. Todas estas razones y muchas más nos llevan a dedicar este post a uno de los pueblos más bonitos de Cantabria y mostraros qué ver en Comillas con un recorrido por sus 10 imprescindibles.
En las orillas del Cantábrico, las playas de Comillas fueron escenario de los «baños de ola», una práctica balnearia que atrajo a la burguesía de finales del siglo XIX. Este fenómeno turístico marcó el inicio de una transformación, cuyas reminiscencias aún se pueden observar en la animada vida estival de la villa. Las majestuosas fiestas en los Palacios de Ocejo y Sobrellano, celebradas en presencia de la realeza, delinearon una época de esplendor que dejó una impronta imborrable en la identidad local.
El entorno natural, con sus limpias aguas del Cantábrico bañando la accidentada costa y la belleza de la Ría de la Rabia enmarcada por los Picos de Europa, complementa perfectamente el rico mosaico histórico y cultural, haciendo de Comillas un destino ineludible en el corazón de Cantabria.
Breve Historia sobre el Marqués de Comillas
El Marqués de Comillas, Antonio López y López, no sólo transformó el paisaje arquitectónico de la villa, sino que también estableció una relación estrecha con la corona, lo que culminó en visitas regias durante los veranos de finales del siglo XIX. Estos eventos catapultaron a Comillas como un destino de veraneo prestigioso, atrayendo a la nobleza y estableciendo un legado de elegancia y aristocracia que perdura hasta hoy.
Origen de la actual ComillasAquel joven que abandonaba su hogar, hijo de una humilde lavandera, no podía vislumbrar el destino que le aguardaba en tierras cubanas. Tras un enlace matrimonial en Barcelona con Luisa Bru Lassús, las oportunidades florecieron en el Caribe. Desde tiendas de ropa hasta plantaciones de azúcar y cafetales, cada emprendimiento sentó las bases de su creciente prosperidad. Pero su ambición no conocía límites. Empresas de envergadura como la Compañía General de Tabacos de Filipinas, una naviera militar, el desarrollo del Eixample barcelonés, y el Banco Hispano Colonial, son solo ejemplos de su diversificado legado empresarial.
Antonio López no sólo moldeó el paisaje económico, sino también el político, jugando un papel crucial en la restauración monárquica de 1874. A cambio, fue galardonado con el título de I Marqués de Comillas y el honor de ser nombrado Grande de España. Su trayectoria, de modestos orígenes a la nobleza, ilustra un capítulo vibrante de la historia española, donde el audaz joven de Comillas navegó las aguas turbulentas de la vida, anclando su nombre en las páginas doradas de la historia empresarial y aristocrática de España.
Comillas en la actualidadLa evolución de Comillas desde una modesta villa pesquera y agrícola a un enclave aristocrático y cultural es una narrativa fascinante que refleja la interacción dinámica entre la historia, la arquitectura y la naturaleza. Cada rincón de Comillas narra historias de ambición, arte y belleza, invitando a los visitantes a explorar y apreciar la amalgama de elementos que constituyen la esencia de esta encantadora villa.
Comillas, una joya en la costa occidental de Cantabria, resplandece con una riqueza histórica y arquitectónica que evoca las glorias de tiempos pasados. Los emblemas de modernismo del siglo XIX, tales como El Capricho de Gaudí, el Palacio de Sobrellano y la Capilla Panteón, junto con la Universidad Pontificia y la Casa del Duque, son testimonios de una época dorada impulsada por el Marqués López y López. Esta ilustre figura, junto con genios de la arquitectura catalana como Antonio Gaudí, Domènech i Montaner y Joan Martorell i Monells, tejieron un legado arquitectónico que en 1985, llevó a Comillas a ser declarada Conjunto Histórico Artístico.
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10 IMPRESCINDIBLES QUE VER EN COMILLAS
1. Capricho de Gaudí
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Sí, entre los bienes de interés cultural que alberga Comillas, se encuentra este edificio modernista conocido por sus emblemáticos mosaicos de girasoles y la estatua de Antoni Gaudí que lo acompaña, y nombrado Mejor Monumento del Mundo.
Una de las pocas obras que el artista llevó a cabo fuera de Cataluña y como no podía ser de otra manera nuestro punto de partida para esta guía turística sobre los 10 imprescindibles que ver en Comillas.
Promotor del este magnífico monumentoGracias a Máximo Díaz de Quijano, el cuñado caprichoso del I Marqués de Comillas, podemos disfrutar hoy en día de una de las mayores representaciones del Modernismo en Cantabria.
Este indiano enriquecido en Cuba, abogado de profesión, y aficionado a la botánica y la música, no dudó en contactar con el ayudante de Joan Martorell en las obras del Palacio de Sobrellano, para llevar a cabo «Villa Quijano», más conocida como «El Capricho». No era otro que el revolucionario y singular Antoni Gaudí. Sin embargo, no fue él sino Cristobal Cascante, quien dirigió su construcción basándose en la maqueta y los planos del genio catalán, que nunca viajó a Comillas.
La exultante imaginación del artista nos ha dejado como legado este edificio que emana color y fantasía por donde quiera que se le mire y que encierra una simbología muy cuidada en la que nada ha sido escogido al azar por el creador. Las referencias musicales, la cuidada acústica o los girasoles son algunos de los detalles que hacen honor al precursor de esta maravilla, que falleció sin poder disfrutar mucho de ella.
El exuberante exterior con su torre minarete, sus coloridos azulejos y su inquietante invernadero encierran un interior no menos espectacular con abundancia de detalles ornamentales y materiales muy exquisitos como vidrieras, cerámicas y maderas esculpidas.
2. Palacio y Capilla de Sobrellano
Antonio López y López, al regresar de Cuba a Barcelona, buscó un refugio que reflejara su éxito financiero. Escogió el Palacio Moja inicialmente, pero fue el Palacio de Sobrellano en Comillas, una fantasía medievalista de la mano de Joan Martorell, su sueño hecho realidad. Diseñado para acoger al séquito del rey Alfonso XII en su retiro veraniego, aunque los invitados reales no llegaron a disfrutarlo, el palacio se erige como un testimonio de ambición y aristocracia.
Un dato curioso es que el palacio fue el primer edificio en España con luz eléctrica.
Antoni Gaudí, la lumbrera del Modernismo en España, tuvo la oportunidad de colaborar con Joan Martorell en la creación del Palacio de Sobrellano en Comillas. Su talento se desbordó en el diseño del mobiliario de la capilla familiar, una obra maestra que bien podría ser descrita como una catedral en miniatura.
A escasos pasos, Comillas despliega más de su esplendor arquitectónico. Basta un paseo breve para toparse con estructuras que capturan la esencia del neogótico de finales del siglo XIX, siendo el Palacio de Sobrellano y su Capilla-Panteón anexa, las joyas de la corona. Desde fuera, la majestuosidad de su estilo neogótico te invitará a desenfundar la cámara, mientras que el interior, especialmente el panteón, es una ventana a una época de opulencia, a menudo comparada con una catedral en miniatura.
Comillas requiere tiempo para ser explorada, merece ser saboreada más allá de unas pocas horas. Cada rincón cuenta historias de épocas pasadas, que merecen ser escuchadas con tiempo y cariño.
3. Plaza de la Constitución y centro histórico
Abandonamos la singularidad de estos grandiosos monumentos para internarnos por un bellísimo a la par que sorprendente casco histórico. No en vano estamos ante un trazado declarado Conjunto histórico-artístico en 1985 por méritos propios.
Comenzamos el recorrido en la Plaza de los Tres Caños en la que cabe destacar la monumental Fuente de los Tres Caños, obra del importante arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Desde allí, nuestros pasos nos llevarán hasta la maravillosa Plaza de la Constitución en la que hay dos edificios que brillan con luz propia, el Ayuntamiento Antiguo de Comillas y la esbelta Iglesia de San Cristóbal.
A partir de este punto sólo tengo un consejo que darte: ¡déjate llevar por las callejuelas de Comillas! Un paseo sin rumbo fijo que te llevará a descubrir entre calles estrechas y empedradas lo mejor de la arquitectura popular de la zona y bellísimas casas palaciegas. Un legado que parece susurrarnos en cada esquina la importancia de este pueblo cántabro en tiempos pasados.
4. Universidad Pontificia de Comillas
Majestuoso, feroz, sobrecogedor y cualquier otro superlativo que puedas concebir. ¿Por qué razón se erige una edificación con tales atributos en un lugar tan modesto como Comillas? Esa es la pregunta que nos asalta de inmediato. Nos referimos a un monumento cuyas proporciones son colosales y que destaca por su singular estilo que entrelaza lo neogótico, lo mudéjar y lo modernista.
Si somos precisos, debemos mencionar que estamos ante la que fue la Universidad Pontificia de Comillas (actualmente hogar de la Fundación Comillas), ya que la institución oficial reside en Madrid. Un hito de renombre mundial en la enseñanza de la teología. De ahí que a Comillas se le otorgue el apelativo de «ciudad arzobispal».
Si el Marqués no hubiese fallecido el 16 de enero de 1883, antes de que las obras concluyeran, podría haber observado desde los balcones de su palacio, como un jubilado más en su retiro, el progreso de su otra magna obra: la Universidad Pontificia. Esta se alza imponente frente al Palacio, sobre un promontorio que domina la vista de Comillas.
Ideada en sus orígenes como un seminario católico destinado a educar a los niños más desfavorecidos de la zona, representó un último acto de devoción, quizás como intento de redimir su reputación de traficante de esclavos, imagen que empezó a propagar su propio cuñado, Francesc Bru, al describirlo como un hombre de negocios sin escrúpulos.
5. Monumento al Marqués de Comillas y Casa del Duque
Después de perderte por las angostas y adoquinadas vías del casco antiguo, asciende hasta la parte alta del pueblo. Allí, sobresaliendo entre las demás construcciones, se encuentra la encantadora Casa del Duque de Almodóvar del Río.
Es imposible no dejarse llevar por la fantasía de vivir en un palacio tan fascinante, ¿verdad? Este espléndido palacio de diseño inglés irradia belleza y misterio a partes iguales. Con la luz del sol, sus salones y jardines se convierten en el telón de fondo perfecto para sesiones fotográficas de parejas que buscan sellar su amor en imágenes. Y al llegar la noche, cuando el silencio se apodera de sus estancias, se transforma en el plató ideal para películas de terror, tal como se ha visto en «Sexykiller» o «La herencia de Valdemar».
El legado de Antonio López y López, el I Marqués de Comillas, reverbera en la dualidad de estatuas que le homenajean. Una, ya retirada del dominio público en Barcelona el 4 de marzo de 2018, cede ante las sombras de su pasado como negrero. Sin embargo, la otra, obra de Domènech i Muntaner, se yergue orgullosa en el Parque Güell y Martos de Comillas, emulando la proa de un barco que surca el mar hacia el horizonte. Así, sobre un pedestal náutico, el marqués contempla la villa que lo vio partir a los catorce años tras una trifulca callejera.
Este lugar es un balcón privilegiado que ofrece las vistas más espectaculares del litoral de Comillas y constituye una visita esencial para comprender la opulencia patrimonial y cultural de un municipio tan singular.
6. Cementerio de Comillas
El Cementerio de Comillas, con su aura de serenidad y belleza, es un lugar que despierta una curiosidad inesperada en el visitante. No es un cementerio común; está catalogado entre los más hermosos del mundo, y una vez que lo visitas, es fácil entender por qué.
El diseño del cementerio es una obra maestra del modernismo, cortesía del renombrado arquitecto Lluís Domènech i Montaner. En su visión, decidió preservar y embellecer las ruinas de lo que fue una iglesia medieval. Hoy en día, el cementerio, con sus muros de mampostería desgastados por el salitre marino, en lo alto de una colina que mira hacia el norte de la villa, cerca de la costa, nos deja sin aliento.
Y en la cima, el Ángel Exterminador se erige como guardián y símbolo, donado por el primer Marqués de Comillas, quien encontró que la escultura era demasiado grande para el panteón familiar. Ahora, este ángel no solo guarda la memoria del Marqués sino que se ha convertido en un emblema de la villa, observando desde su atalaya la inmensidad del mar y la eternidad del tiempo.
En este recinto sagrado descansa Máximo Díaz de Quijano en el Mausoleo de la Familia Piélagos, un lugar que, aunque no llegó a disfrutar en vida, se ha convertido en un testimonio de su legado. La sepultura, con su ángel doliente, es una obra de arte en sí misma, fruto de la colaboración entre Domènech i Montaner y Llimona, y aunque impresionante, no opaca la magnificencia de la Villa Quijano.
7. Mirador de Santa Lucía y Puerta de los Pájaros
Si aún te quedan ganas de descubrir joyas modernistas, no puedes irte sin ver la Puerta de los Pájaros. Es la entrada a una casa privada, pero lo que la hace especial es que lleva la firma inconfundible de Gaudí. Aunque no es una de sus obras más conocidas, tiene todos los elementos que esperarías de él: formas orgánicas, detalles intrincados y ese toque de fantasía que parece sacado de un cuento.
Un poco más allá, te espera el Mirador de Santa Lucía. Es un lugar que no está en todas las guías turísticas, pero te aseguro que vale la pena la visita. Desde allí, las vistas del litoral te ofrecen una perspectiva completamente diferente, como si de repente te hubieras elevado y pudieras ver el mundo desde los ojos de un pájaro. Al lado, encontrarás la Ermita de Santa Lucía, pequeña y sencilla, que añade un toque de tranquilidad al lugar. Es cierto que la zona podría estar más cuidada, pero las vistas compensan con creces. Es el sitio perfecto para tomar un respiro, sentir la brisa y llevarse una imagen mental que no se borrará fácilmente.
Recuerda que estos lugares, aunque no estén en el centro del bullicio histórico, son pequeñas perlas que completan la experiencia de Comillas, dándote una visión más amplia y rica de esta encantadora localidad.
8. Playa y Puerto de Comillas
Mirar al mar siempre tiene algo de mágico, y desde la playa de Comillas, con su arena que brilla como el oro, el encanto es aún mayor. A un paso del casco antiguo, esta playa de casi un kilómetro es el sitio perfecto para esos días calurosos del norte. Hay espacio de sobra para todos, así que puedes venir, extender tu toalla y disfrutar del sol y el mar.
Justo al lado, el puerto de Comillas tiene su propia magia. Es pequeñito, pero tiene un encanto especial con sus muros de piedra que lo cuidan de las olas. Y las vistas desde allí son increíbles: toda la playa con la ciudad justo detrás.
Ahora, un consejillo: en verano, la playa se llena bastante. Aunque hay mucho espacio, si quieres encontrar sitio para aparcar sin problemas, lo mejor es que vengas temprano.
Comillas es ese pueblo con sabor a mar que una vez vivió de la caza de la ballena franca. Desde las atalayas, situadas en Portillo, Santa Lucía, Trasvía y Oyambre, los vigías buscaban en el mar hasta que veían una ballena y avisaban con señales de humo.
La caza de ballenas paró hace mucho, allá por 1720, pero los arponeros de Comillas dejaron huella. Aún hoy, la gente recuerda dónde estaba «La piedra de la Ballena», ese lugar que forma parte de la historia viva del pueblo. Cada vez que alguien pasa por la playa y mira hacia el mar, puede sentir un pedazo de esa historia.
9. Parque Natural de Oyambre
Si te quedas con ganas de más después de explorar Comillas, te espera un tesoro natural a solo un paseo en bicicleta. Imagínate pedaleando por un carril bici de 2,5 kilómetros que te lleva desde la plaza del Ayuntamiento, a través del paseo de Solatorre, hasta llegar a la ría de La Rabia. Aquí, justo en la frontera con el Parque Natural de Oyambre, te encuentras con un paraíso para los surfistas: una playa donde las olas, los acantilados, las dunas, los bosques y los prados se unen en una armonía perfecta.
Pero no nos quedemos solo en la orilla. El Parque Natural de Oyambre es mucho más que una playa; es un mosaico de arenales vírgenes que se extienden bajo el cielo cantábrico. Y dentro del parque, no te puedes perder la playa de Oyambre, una de las joyas de esta región y, posiblemente, de toda Cantabria.
10. Santo Cristo del Amparo de Comillas
Se merece un nombramiento especial en nuestro post, no por ser un monumento sino por suponer una experiencia inolvidable para todo aquél que visite Comillas durante las fiestas del Cristo del Amparo de Comillas, una celebración que perdura en el tiempo entrelazando la tradición marítima y la alegría de su gente. ¡Ven y sumérgete en esta festividad llena de historia, fe y alegría!
Cada verano, el pintoresco pueblo de Comillas se viste de gala para celebrar sus tradiciones más arraigadas con las Fiestas del Cristo del Amparo. Este evento, que tiene lugar principalmente el 16 de julio, es el corazón palpitante de la localidad y un homenaje al Cristo del Amparo, patrono de los pescadores.
La festividad se sincroniza con la celebración de Nuestra Señora del Carmen, creando un tapiz de devoción y alegría que cubre las calles empedradas y las aguas azules que bañan este enclave cántabro. La programación de las fiestas es un reflejo de la comunidad: misas solemnes, bailes tradicionales, y los cantos de picayos que resuenan en cada rincón.
El acto más emblemático es la procesión marítima, donde la imagen del Santo Cristo del Amparo es llevada por el mar, acompañada por embarcaciones decoradas y seguida por una multitud fervorosa. La misa y la interpretación del himno al Cristo del Amparo son momentos de una emotividad que conecta a todos los presentes con siglos de historia y fe.
Pero no todo es solemnidad; la fiesta se desborda en las calles con pasacalles, gigantillas y cabezudos, y las noches se iluminan con espectaculares fuegos artificiales y verbenas donde la música y el baile no cesan hasta el amanecer.
DÓNDE COMER SIN GLUTEN EN COMILLAS
En este punto quiero contarte que durante nuestra última visita a Comillas tuvimos la suerte de dar con un restaurante por casualidad que nos gustó mucho, El Carel, un local emblemático del centro histórico en el que nunca habíamos estado y que desde aquí recomendamos porque tienen opciones sin gluten, el trato fue encantador y la comida riquísima. Las raciones para nosotros fueron un poco grandes y el precio muy acorde. Un nuevo descubrimiento en nuestro haber.
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Otros restaurantes que tienen opciones sin gluten son:
Quo Vadis: Restaurante italiano situado muy cerca del centro de Comillas. Casi todo el menú es adaptable para ser sin gluten, excepto los calzone y el panzerotto. Se recomienda reservar con antelación, especialmente durante la temporada alta.
Ágave Azul Comillas: Restaurante mexicano ubicado en la Plaza de la Constitución de Comillas, en pleno corazón del centro de Comillas. Este establecimiento está afiliado a ACECAN, la Asociación de Celíacos de Cantabria, y ofrece un menú casi completamente libre de gluten. Además, tienen otro restaurante en Santander.
Hasta aquí te hemos dado toda la información sobre qué ver en Comillas en 1 día, pero si tienes la suerte de poder disfrutar un poco más de nuestra preciosa Cantabria te damos un par de ideas muy próximas y que seguro te van a encantar también:
CÓBRECES
Navegamos hacia el este, abrazando la curvatura de una costa que guarda secretos entre sus olas y arenas. La primera joya que te invito a descubrir es la playa de Luaña, un refugio de suave arena dorada que descansa a un suspiro de distancia de Cóbreces. Este rincón de paz está lo suficientemente cerca para llegar a pie, si te apetece un paseo que mezcle el verde de los prados con el azul del mar.
A un breve trayecto en coche, el Acantilado y Molino de El Bolao aguardan, erguidos y majestuosos, ofreciendo un espectáculo de la naturaleza que aún se mantiene al resguardo de las multitudes. Es un lugar donde el susurro del viento y el canto del mar tejen una melodía que invita a la reflexión y al asombro.
En el corazón de Cóbreces, encontrarás tesoros arquitectónicos como la Abadía de Santa María de Viaceli y la Iglesia de San Pedro, guardianes de piedra y fe de la historia local. Pasear por Cóbreces es un deleite para quienes buscan la esencia de lo auténtico, un pueblo que ha sabido mantener su alma intacta frente al avance del tiempo y la modernidad. Aquí, cada rincón cuenta una historia y cada vista es un cuadro vivo de la Cantabria más tradicional y encantadora.
SANTILLANA DEL MAR
A un breve trayecto de 20 minutos desde Comillas, nos recibe este enclave que es un tesoro viviente de la historia, el encantador pueblo de Santillana del Mar.
Sus calles empedradas y sus edificaciones robustas y señoriales nos transportan a la época medieval. Pasear por su centro histórico es como caminar a través de un libro abierto, donde cada capítulo nos narra leyendas de caballeros y damas de antaño.
En cualquier estación del año, Santillana del Mar es un destino que encanta y sorprende, ofreciendo un espectáculo cultural que se complementa con la gastronomía local y la calidez de su gente. Y para aquellos que buscan cerrar su visita con un broche de oro natural, la cercana playa de Santa Justa, con su ermita incrustada en la roca, ofrece un paisaje singular donde el mar Cantábrico besa la historia. Santillana no es solo un lugar para ver, sino para sentir y vivir la riqueza de un pasado que aún palpita en cada rincón.
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¡Ahora es tu turno! Sumérgete en el legado del Marqués de Comillas, explora los rincones de esta villa encantadora y descubre por ti mismo los 10 imprescindibles que hacen de Comillas un tesoro viviente. ¡Tu aventura en la historia, la arquitectura y la cultura españolas comienza aquí!